Entrevista a Interviú.

Entrevista a Interviú.

Hace una semana, anunciamos que Mar iba a volver a salir en Interviú realizando una entrevista de su libro para dicha revista. Y aprovechando, la entrevista la acompaña una nueva sesión de fotos realizada por Leyla Ugarte.

Lee la entrevista y disfruta las bonitas fotos aquí:

Habla a los radioyentes sobre sexo, escribe relatos eróticos y publica manuales sobre sexo... ¿No se cansa?

Pues la verdad es que es muy entretenido. Es divertido pasar el día hablando de sexo porque con ello vas alimentando las ganas de ponerlo en práctica y cuando llegas a casa explotas como una bomba de relojería, jajaja. Eso sí... pobre del que pilles al lado. ¿Cansarme yo por hablar de lo que más me gusta? Jamás.




En tu programa "La Mar de Noches" (el libro, editado por Aguilar, se titula igual) pones en evidencia cada noche a muchos tios que tienen pareja tendiéndoles trampas. ¿No te hace desconfiar de la suya?

Rotundamente sí. Ahora es dificil estar a mi lado porque he aprendido a poner cepos por todos los rincones. Con cada llamada en el programa me doy cuenta de que la infidelidad está a la orden del día y que no puedes poner la mano en el fuego por nadie. Es más, estoy aprendiendo a entender la infidelidad, lo cual me preocupa bastante. 

¿Qué es lo que nunca falla en Mar Montoro durante una primera cita?

Cuido todos los detalles. El ritual empieza con un buen baño de sales y una inspección exhaustiva del vello sobrante... jeje. La lencería es superimportante y me gusta llevar una de impacto total; el cabello debe de estar impecable, y con el maquillaje me esmero menos. 

¿Que prefieres, una webcam, una peli o una despedida de soltera?

Lo que más me gusta son los relatos que hay por internet, se juega más con la imaginación. Las despedidas de soltera no me ponen nada, ya sabes lo que te vas a encontrar, y no nos engañemos, el alcohol en el sexo hace estragos.

Y sobre las webs de contactos, las aplicaciones para smarthpones que facilitan el ligoteo...

Son geniales para las personas tímidas o para las que quieren gozar con el anonimato. A mí me gusta más salir y conocer a alguien, olerlo, tocarlo.

¿Como le ha dado por hacer un libro junto con dos sexólogos?

Cuando hay tantos oyentes haciéndote consultas que se repiten de manera sistemática y cuando ves que todavía hoy hay mucha desinformación, ves la necesidad de echar una mano al prójimo. Me junté con Raúl González y Sara Gonzalo -sexólogos ambos- y entre los tres creamos las armas necesarias para hacer llegar, no un ladrillo, si no un mensaje fácil, rápido y divertido.

Al final del libro asegura que "hay muchas maneras de ser mujer". ¿Cual es la tuya?

Me considero una tía dulce, decidida y segura; pero, entre tú y yo... soy muy llorona. 

¿Y de fantasías como andas?


No voy a desvelar mis perversiones. No diré mucho, pero ya he cumplido una de las dos que tenía pendientes. Y eso que soy de las que piensan que las fantasías no son para cumplirlas; pero si surge, ¿por qué no?.

¿Cuántos hombres y mujeres llaman después del programa para quedar contigo?

Muchos... y muchas. Recientemente una chica en Twitter me ha propuesto hacer un trío con ella y con una de mis compañeras de radio. No se cortan un pelo, pero este mundo es solo para valientes. Lo malo es que a mi no me gusta que me lo pongan tan fácil. 

¿La manía que no le gusta confesar?

Soy esclava del tabaco. Intento dejarlo una y otra vez pero no puedo. Siempre relaciono dejar de fumar con una ruptura sentimental: le echas de menos, estás triste, sientes que no puedes vivir sin él, te pones de mal humor cuando le ves con otra...; ahora, es verdad que en el caso del tabaco puedes volver con él cuando quieras.

Dicen que en época de crisis la gente le da más al alcohol. ¿El sexo también es terapia anticrisis?

¡Pues claro! hay menos dinero para salir a los bares y hacer botellón en casa sale más barato. Pero ojito con el alcohol, lo que a nosotras nos pone cardíacas a ellos les baja todo.

¿Que te falta por aprender?

Hay un montón de prácticas sexuales que no he experimentado, algunas tienes nombres tan difíciles que, cuando me hablan de ellas, tengo que tirar de Google para ver de qué diablos hablan. Unas me gustaría probarlas, otras, la verdad, no. 

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